lunes, 19 de agosto de 2019

Macri no sabe perder

*Por Cynthia García  
“En los últimos días la Argentina fue una bomba de tiempo. Vivió la peor corrida cambiaria del gobierno de Mauricio Macri. El dólar superó los 63 pesos y el riesgo país rondó los 2000 puntos, convirtiéndose en el segundo RP más alto del mundo después de Venezuela.
Luego de la abrumadora derrota del oficialismo que transformó el mapa electoral en todo el país con una diferencia de más de 15 puntos de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner (Frente de Todos) el tipo de cambio subió diez pesos en un solo día y las variables económicas se descontrolaron.
El lunes siguiente a la elección Macri dio el discurso más antirrepublicano de su mandato cuando responsabilizó a quienes votaron al kirchnerismo por la reacción de los mercados.
Muchos analistas plantean que fue una situación alentada por el gobierno que, ante el resultado de las elecciones, optaron por la estrategia del miedo. La devaluación les vino bien para intentar recuperar alguno de los votos perdidos vinculando un potencial triunfo kirchnerista con una corrida cambiaria y un proceso hiperinflacionario. Eso explica la reacción del primer mandatario el día lunes con pedido de disculpas 24 horas después, producto de la reacción unánime de rechazo que recibió por parte de la sociedad, todos los medios, aún los más afines a su gobierno, y el arco político opositor.
Las disculpas fueron complementadas por un paquete de medidas económicas paliativas de bono y aumento para el sector público y privado que no tendrán efecto significativo en una economía en total crisis con traslado a precios del aumento del dólar y una inflación que este año rondará el cincuenta por ciento.
Horas después del mismo martes de esta semana infinita, Alberto Fernández dio una conferencia de prensa para informar que había hablado con el presidente, comentar las medidas y darle a los argentinos señales de tranquilidad institucional. En ese encuentro un periodista le preguntó qué va a pasar con los desocupados, jubilados y otros sectores que Macri no había nombrado en su mensaje. Fernández respondió: “a los sectores empobrecidos quiero decirles que esperen a que haya un nuevo gobierno”.
En el país, según GESTARA (grupo de empresas sociales y trabajadores autogestionados de la República Argentina) hay cuatro millones de trabajadores en esa situación. Monotributistas (trabajadores autónomos) en su categoría fiscal que no están contemplados en ninguna medida a mediano plazo y que junto con el resto del mercado interno y de la población en general sufren las consecuencias de la ferocidad neoliberal.
Cómo llegamos hasta acá
Argentina acaba de tener los resultados de sus elecciones en el contexto de una dinámica global de una guerra mundial por el empleo y producción entre Estados Unidos y China que ha arrastrado a los países europeos y a los países emergentes dando como resultado el incremento más alto de las últimas décadas en el conjunto de medidas proteccionistas que se están aplicando en casi todos los países del mundo.
Lo que existe es un crecimiento generalizado y masivo de todo lo que tiene que ver con medidas proteccionistas de todo tipo: tarifarias, arancelarias, paraarancelarias, fitosanitarias…
Sobre todo en los últimos 18 meses los países desarrollados han aplicado cualquier tipo de norma regulatoria que sea posible para contener las importaciones provenientes de distintas naciones.
En ese contexto internacional de guerra mundial por el empleo y la producción, Argentina se incorporó de la manera más infantil y poco seria posible; con un intento de eliminar las regulaciones de las normativas comerciales que protegían a la Argentina: desregulación financiera, venta de capital que tuviese la flexibilidad de poder fugar divisas prácticamente sin restricciones y además una normativa respecto a la liquidación de exportaciones que empeoró las cosas.
“Argentina pensó una idea muy dogmática de que la apertura comercial podía generar algún tipo de ventajas de especialización en algunos sectores que luego se darían para el conjunto de la economía, fue a contramano del mundo, se abrió completamente tanto en la parte comercial como financiera y tomó un conjunto de medidas que generaron un debacle en las cuentas corrientes”, explica Demián Panigo, economista heterodoxo e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
“Esa idea de integrarse al mundo, volver al mundo, se hizo de una manera completamente desquiciada y fue generando una dinámica de la cuenta corriente que se reflejaba inmediatamente en la deuda del sector público tanto interna como externa. Lo que tenemos es un escenario explosivo de crecimiento paulatino, progresivo y cada vez más acelerado de la deuda producto del desmanejo violento de todo lo que tiene que ver con las políticas del sector externo”, sostiene Panigo.
La realidad es que lo único que detenía de alguna manera el estallido de una corrida cambiaria como la que sufre el país ahora era el apoyo del Fondo Monetario Internacional para que las políticas de apertura se mantuviesen con el actual gobierno potencialmente triunfante en las PASO.
La realidad triunfó
Demián Panigo, que además es docente y especialista en mercado de trabajo plantea una idea de política comunicacional interesante: “uno podía utilizar Big Data, ver relatos o trabajar con los medios de comunicación pero finalmente podríamos decir algo así sobre estas elecciones: Marx venció a Foucault; las condiciones objetivas prevalecieron sobre cualquier tipo de manipulación de los medios de comunicación, del inconsciente colectivo, entonces la realidad triunfó”.
En el momento que la realidad se impuso con la abrumadora derrota de Juntos por el Cambio y los mercados se dieron cuenta que no era factible ya la reelección de Macri dejaron de apoyarlo y salieron rápidamente a intentar ser los primeros que en comprar los dólares con la magnitud de la demanda que ello involucraba, y la certeza que se terminaba el gobierno que les iba a garantizar las ganancias que estaban teniendo hasta ahora. Bancos y grandes empresas, fondos comunes de inversión, que eran los que estaban sosteniendo esa paz cambiaria, se empezaron a pelear entre ellos para ver quién era el último que salía y perdía porque la cotización ya había aumentado fuertemente.
Cuando Macri habló el lunes mostrando su faz real, lo hizo poniendo a “los mercados” por encima de la gente.
Del portal #LaGarcia

domingo, 18 de agosto de 2019

"...Cuando la mentira, es la verdad..."

En algún momento la taba se da vuelta, y tanta mentira hace que todo te juegue en contra ...
El relato periodístico se pego un palo tremendo con la realidad y la "gente" que "creía y obedecía" cada información, se canso... Heladera y bolsillo, mata relato mentiroso...
Político formado, mata periodista aventurero...

sábado, 17 de agosto de 2019

URNAZO



Por Luis Bruschtein
Pasen y vean damas y caballeros: asómbrensé con el misterio de la flor azteca, con el prodigio del ternero de dos cabezas y asústensé al límite del terror con los trucos del mago Mauri. Primero frenó el dólar antes de las elecciones y después le sacó el freno; ¡mirácolo!: el dólar se fue al carajo como pasó durante todo su gobierno. El mago se hace el enojado y le echa la culpa a los que ganaron y después pide perdón por enojarse. «Nada por aquí, nada por allá, fíjense bien a quien votan, manga de turritos» fue el mensaje. Y la magia sigue. Es la misma. Saca de la manga maquillaje para la crisis, pinturita que aguantará hasta las elecciones y después que se haga cargo Mongo. El mago creó la ilusión de que no pasa nada, muestra las manos y dice: yo no fuí, fue Teté. Pero el impacto del urnazo descubrió sus trucos y lo único que quedó fue un Mago sin Dientes como la ruina astrosa de lo que fue el imperio más ambicioso del neoliberalismo en Argentina. Música de organito, sin globos ni cumbia de cantry. Pasen y vean, querido público, al mago perdido en el laberinto de su derrota sin entender quién prendió la luz y acabó con la ilusión.
Carlos Heller fue clarito. El Banco Central estaba vendiendo 800 millones de dólares por día para frenar el dólar hasta el viernes anterior a las PASO y a partir del lunes vendió la mitad de esa cifra y salió tarde al mercado. El ex titular del BC, Martin Redrado, afirmó en declaraciones radiales que “el Presidente dijo el día lunes ‘que el dólar se vaya a donde se tenga que ir de manera tal que los argentinos aprendan a quién votaron’». La decisión delincuencial de soltar un dólar que durante los cuatro años de macrismo nunca dejó de subir hasta el infinito y más allá, le robó más del 20 por ciento al salario de los trabajadores. Macri ha sido un gobernante desastroso y peor perdedor.
El mago sin trucos ya no tiene nada para mostrar. Empobreció al país, saqueó el bolsillo de los trabajadores, de la clase media, de pequeños y medianos empresarios y a varios de los grandes, como Techint que perdió millones por la caída de sus acciones en Wall Street, o Arcor que se declaró en concurso de acreedores igual que cientos de otras empresas. Pero Arcor y Techint impulsaron desde AEA la demolición del gobierno anterior para instalar el actual.
La historia, con su falta de piedad, ahora se está devorando a Macri y a los empresarios que lo impulsaron por su propia avaricia. Por no dar algo, quisieron todo y casi perdieron hasta los calzones. Salvo las privatizadas, las petroleras y mineras, más los bancos, los grandes exportadores de soja y los amigos de Macri, los demás miraron con la ñata contra el vidrio cómo ese grupo se enriquecía.
Varios lo siguen apoyando inmolándose en las mentiras que ayudaron a engendrar. Los más vuelven la mirada hacia el peronismo y tratan reacomodarse antes de retomar una nueva disputa por el poder. Alberto Fernández se ha reunido con el señor Mercado libre, Marcos Galperín, y recibió el respaldo del constructor Alberto Costantini y hasta hubo versiones sobre una reunión con el mismísimo señor Clarín Magneto.
El urnazo del domingo produjo una semana de versiones tormentosas. Se dijo que rodaba la cabeza del responsable de la campaña macrista, el jefe de Gabinete, Marcos Peña y que lo mismo pasaría con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. El chimento tenía sentido. Las derrotas tienen un costo. El jefe de campaña derrapó mal y la causa de la derrota fue una crisis en la economía frente a la que el gobierno se mostró incompetente. Sonó fuerte el jueves, pero al otro día ya había sido desmentida.
Pero hubo chispazos en la reunión de gabinete ampliada, una especie de reunión motivacional al estilo de la psicología corporativa norteamericana del «túsípuedes» que estimula a los vendedores con un circo de voluntarismo y autoayuda. La estructura de Cambiemos crujió cuando desde el sector de Elisa Carrió se acusó al de Peña por la falta de fiscales en todas las mesas. Con ironía, Carrió dijo que el verano «es hermoso en Europa» y que muchos de los amigos se fueron a esquiar». Dijo que en octubre «ganamos en primera vuelta». Y así, los oradores se dieron manija como si fueran chicos de un equipo de fútbol. A veces dan vergüenza ajena. O pánico, porque estos cuatro años el destino de los argentinos estuvo en sus manos.
La diferencia de más de 15 puntos hace difícil que Macri la descuente en octubre. Pero para el Frente de Todos será una prueba poner en blanco sobre negro un resultado similar o mejor y desbancar al macrismo-radicalismo de las gobernaciones e intendencias donde perdieron en las PASO.
Sería una verdadera renovación con ocho mujeres en condiciones de ser intendentes de ciudades importantes y vices en la CABA y provincia de Buenos Aires. Son candidatos jóvenes entre los que sobresale la estrella del distrito bonaerense que fue Axel Kicillof que le sacó más de 17 puntos de ventaja a la estrella cambiemita y aspirante a la sucesión de Macri, María Eugenia Vidal.
Alberto Fernández fue franco: aceptó el diálogo con el Presidente, le expresó su deseo de que llegue al término de su mandato, pero aclaró que no habrá co-gobierno porque están en puntos opuestos del pensamiento. El peronismo no pondrá obstáculos, pero Macri tendrá que gobernar cada vez más solo. A esta figura vestida y adornada con pura ilusión le sucederá como en el cuento del Rey desnudo.
Hubo discusiones sobre el significado de este resultado abrumador. Se dijo que demostraba finalmente que como ahora el triunfo, tampoco la derrota del 2015 se justificaba por la acción de los grandes medios y las redes, el lawfare y las fakenews, más los servicios de inteligencia y un sector del Poder Judicial.
Es más complejo que todo o nada. Lo real es que en el 2015 hubo sectores humildes, capas medias y de trabajadores que votaron al macrismo y ahora cambiaron el voto y lo orientaron a Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Cambiaron ahora el voto porque la economía macrista los destruyó. O sea, que en el 2015 votaron contra sus intereses. La única forma de que alguien vote contra sus intereses es que haya sido convencido con mentiras e ilusiones. En eso se especializaron las grandes corporaciones de medios. Los gobiernos kirchneristas tuvieron muchos errores y fallos. Pero ninguno justifica ese fenómeno de alienación en amplios sectores de la sociedad. Evidente, porque ahora están mucho peor que antes con esos errores y esas fallas.
Hay otro elemento. En 2015, Cristina Fernández de Kirchner no quiso ser candidata. Y tuvo poco tiempo para transferir su caudal a Daniel Scioli. Ahora es candidata a vicepresidenta para garantizar el voto que la sigue.
La autocrítica no es flagelación ni psicoanálisis, sino que tiene que convertirse en una herramienta de superación. Fuera de contexto impide recuperar lo positivo para lograr un saldo razonable. Muchos argentinos fueron convencidos en el 2015 que podían mejorar con Mauricio Macri. Otros fueron ganados por la campaña de denuncias de corrupción, la mayoría de las cuales no han podido ser probadas hasta ahora. Por el contrario quedó en evidencia que la mayoría era mentira. Hay ex funcionarios y dirigentes sociales que fueron encarcelados en trámites y procesos turbios, sin garantías ni pruebas objetivas.
En esa operación se revela el poder de captura de la subjetividad de una buena parte de la sociedad que tienen los medios cartelizados y con situación dominante en el ámbito de la comunicación. No siempre tienen ese poder, pero se potencian en determinadas circunstancias como en el 2015. La crisis provocada estos años por el gobierno de Cambiemos destruyó la credibilidad de gran parte de ese relato y de sus promotores.
Desde el punto de vista de la estrategia, la conformación del Frente de Todos recibió mejor la demanda de la sociedad de una propuesta superadora y amplia. En el 2015, la decisión de consagrar a Scioli se basó en que Cristina Kirchner no podía rereelegir y en que las encuestas lo mostraban como el candidato con más respaldo, lejos de Florencio Randazzo y los demás. Fue una decisión pragmática que resultó arrasada por la campaña de un Cambiemos que estaba en la oposición y podía prometer cualquier cosa al mismo tiempo que los medios destrozaban a Cristina.

Extraido del sitio elortiba,org