Por Alfredo Silletta
El próximo 10
de marzo, tres meses después de que terminara su mandato, Cristina Fernández de
Kirchner volverá a Capital Federal para ser una “militante más” del movimiento
nacional y popular que fundó Juan Domingo Perón hace 70 años.
Los medios de
comunicación repiten hasta el cansancio que hay más de 50 causas abiertas
contra la ex presidenta, incluso Jorge Lanata dice desde Miami que “tiene que
estar presa”. En los últimos días el
fiscal del Grupo Clarín, Ricardo Sáenz, afirmó que el ex fiscal Alberto Nisman
fue asesinado y apuntó a la ex presidenta.
Desde su
entorno dicen que Cristina no está preocupada por las causas judiciales y ha
mencionado más de una vez las denuncias contra Juan Domingo Perón por más de 20
años. Recordémoslo aquí: con la llegada
de la revolución fusiladora en 1955, a Perón se le imputaron todo tipo de
crímenes políticos y morales y hasta se le inventó un romance con una niña de
14 años llamada Nelly Rivas, por lo cual los padres de la adolescente lo
denunciaron por estupro. Las falsas denuncias continuaron y en 1971 el
presidente Agustín Lanusse –que intentaba negociar con Perón su retorno- cerró 27 procesos judiciales
abiertos desde 1955.
La presidenta
sí está preocupada por las políticas llevadas adelante por el gobierno nacional:
devaluación del peso, despidos indiscriminados, aumentos de tarifas, de
alimentos, alta inflación y el arreglo con los fondos buitre que implica volver
a las políticas de endeudamiento de otras décadas.
Actividad. La
ex presidenta pondrá en marcha un Instituto que se encargará de ser una usina
de “ideas nacionales, populares y democráticas” para los políticos,
gremialistas, empresarios, científicos y personalidades de la cultura que
quieran acercarse.
La ex
mandataria tomó la iniciativa a partir del Instituto Lula, creado por el ex
mandatario brasileño luego de dejar la presidencia en Brasil. El instituto
tiene tres plantas y está ubicado en la calle Rodríguez Peña 80, del barrio de
Congreso.
Cristina
mantendrá en un principio un perfil bajo, sin demasiadas apariciones mediáticas
pero dialogará en forma directa con gobernadores, intendentes y legisladores
del FpV como “una militante más”, ya que no tiene aspiraciones de cargos. Cristina avisó que se reunirá con intendentes bonaerenses para escucharlos
y brindarles toda su experiencia.
Cristina
vuelve y hay nervios en el macrismo y también, por qué negarlo, en algunos
dirigentes del peronismo que creían que el kirchnerismo estaba acabado.
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