miércoles, 6 de noviembre de 2013

Sergio Massa: instrumento del capital financiero


Por Leandro Cabello
El paso por el kirchnerismo de Sergio Massa para terminar en donde se encuentra hoy no habla de una modificación de su propia formulación política. Mucho menos quiere decir que hoy por hoy kirchnerismo y "massismo" –si es que existe tal término o si solo es una lavada de cara de lo que ya existía- sean lo mismo.
De la variopinta cantidad de explicaciones posibles, resaltan dos. Por un lado, el kirchnerismo debe replantearse sus métodos de armado político: no es poca cosa que varios de los principales opositores a este gobierno poco antes fueran integrantes del mismo.
Así como muchos se fueron, es posible que varios oficialistas sean los próximos opositores. Es este uno de los más importantes motivos por los cuales se dificulta la profundización del proyecto político, nótese que las deserciones se dan cada vez que se avanza en la cuestión nacional, el conflicto mismo generado no permite que intereses contrapuestos prosigan juntos.

Por otro lado, la estadía de Massa en el kirchnerismo, insistiendo en el asunto, no fue un replanteo de sus concepciones políticas, sino un mero oportunismo propio de aquellos que son capaces de camuflar momentáneamente sus intereses a la espera de la consagración propia.

Massa fue parido políticamente por la UCeDé, partido fundado por Álvaro Alsogaray, uno de los principales impulsores de la reducción del Estado para que sólo se ocupe de las cuestiones más elementales y no intervenga en el manejo de los aspectos básicos de la economía.

Este viejo jefe político de Massa adquirió reconocimiento público con frases como "hay que pasar el invierno" –siendo Ministro de Hacienda de Frondizi – proponiendo un plan antiinflacionario reaccionario; o "el único golpe de Estado justificable fue el del 55", viendo en el tres veces presidente Juan Perón al enemigo de los sectores cuyos intereses defendía. Con respecto a este último punto, Jorge Abelardo Ramos lo definía como "un representante de los intereses de las grandes empresas multinacionales, que no son solamente succionadoras de las riquezas de nuestro país sino de las del mundo entero".

La UCeDé sacó una interesante cantidad de votos en las elecciones presidenciales del 89, teniendo como base electoral a los sectores de la clase media más volátil de las grandes urbes que sienten un rechazo por las muchedumbres y que se desvelan por las "libertades individuales".

Cuando el PJ, cooptado casi en su totalidad por el menemismo, pasó súbitamente del "salariazo y la revolución productiva" a las privatizaciones y el desmantelamiento del Estado, al partido de Alsogaray no le quedó más remedio que el acercamiento.
Entre sus dirigentes hubo quienes se resistieron al ingreso; no fue el caso de Massa que participó activamente del ala que buscaba la fusión con el gobierno que hacía realidad el programa liberal de Alzogaray.

Así, Massa llegó, gracias a su "padrino político" Luis Barrionuevo, a una subsecretaría en el Ministerio del Interior y luego, con la intermediación de su suegro, el "Pato" Galmarini –asesor de Duhalde durante su interinato como Presidente- se posicionó al frente de la ANSES.

Este tramo de su vida política, que arranca cuando era un estudiante secundario que militaba en la juventud liberal de la UCeDé, si bien es fundamental, no es suficiente para hacer una crítica política. Vale decir, el problema no es solo su origen político sino cómo se mantienen hoy los mismos planteos con los que Alsogaray, influido por rabiosos monetaristas de la talla de Alfred Müller-Armack, Ludwing Erhard y Milton Friedman, formó a sus dirigentes.

Días previos a las PASO sacó todo el arsenal. Entre sus declaraciones destacan: "El sector que más aporta a la balanza comercial es con el que peor estamos. El campo, que es la actividad que más posibilidades de crecimiento tiene, es el que sufre más fricciones"; "El desendeudamiento fue importante, pero hay que entender que estamos perdiendo oportunidades en un mundo donde sobra liquidez"; "Debemos terminar con la idea de querer regular todo" y finalmente propuso la vuelta a las AFJP en "forma complementaria".

Con estos enunciados se puede ver que es uno de los representantes que tienen los sectores concentrados agroexportadores furibundos por las retenciones y la negativa a devaluar, las transnacionales que ven dificultada la transferencia de renta al exterior; los especuladores que desean aprovechar las bajas tasas de interés internacionales para aumentar la obtención de renta sin producir absolutamente nada, y el capital financiero internacional que quiere recuperar los fondos provisionales y subordinar a nuestro país por medio del endeudamiento como en el cuarto de siglo que siguió a 1976.

Pasado y presente definen a un personaje hecho a la medida de la intervención extranjera en países de la periferia. Para un país que cometió el de alejarse de las órdenes del capital financiero mundial para buscar la redistribución de la riqueza entre sus habitantes, Massa, junto al resto de los políticos formados en la usina de la partidocracia y a la "legión de los expertos en finanzas que no saben nada de economía", son el instrumento para volver el tiempo atrás, a esos años en los que el endeudamiento estaba por encima de la felicidad de los argentinos.

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